El abandono ocurre cuando una entidad opta por no reclamar una participación en un activo. Al hacerlo, la entidad ya no mantiene el activo ni paga ningún tipo de impuestos sobre él. El activo puede entonces ser reclamado por otra entidad o el gobierno. El abandono no libera a la entidad propietaria de ningún pasivo asociado con el activo.
El abandono ocurre cuando una empresa termina sus operaciones o cuando el activo ya no es rentable para operar. Cuando ocurre el acto de abandono, la entidad da de baja el saldo del activo y cualquier depreciación acumulada asociada en sus registros contables.
El término también se refiere a la inacción del tenedor de una opción al no ejercer la opción. En cambio, se permite que la opción caduque. Esto ocurre cuando el precio de mercado de las acciones subyacentes es menor que el precio de ejercicio de la opción.