La calidad de las ganancias se refiere a la proporción de ingresos atribuibles a las actividades operativas principales de una empresa. Por lo tanto, si una empresa informa un aumento en las ganancias debido a una mejora en las ventas o reducciones de costos, la calidad de las ganancias se considera alta. Por el contrario, una organización puede tener ingresos de baja calidad si los cambios en sus ingresos se relacionan con otros problemas, como:
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Uso agresivo de reglas contables
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Eliminación de capas de inventario LIFO
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Inflación
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Venta de activos para obtener una ganancia
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Incrementos del riesgo empresarial
En general, cualquier uso de trucos contables para reforzar temporalmente las ganancias reduce la calidad de las mismas.
Una característica clave de las ganancias de alta calidad es que las ganancias son fácilmente repetibles durante una serie de períodos de informes, en lugar de ser ganancias que solo se informan como resultado de un evento único. Además, una organización debe proporcionar de forma rutinaria informes detallados sobre las fuentes de sus ganancias y cualquier cambio en las tendencias futuras de estas fuentes. Otra característica es que la entidad que reporta se involucra en prácticas contables conservadoras, de modo que todos los gastos relevantes se reconocen apropiadamente en el período correcto y los ingresos no se inflan artificialmente.
A los inversores les gusta ver ganancias de alta calidad, ya que estos resultados tienden a repetirse en períodos futuros y proporcionan más flujos de efectivo para los inversores. Por lo tanto, las entidades que tienen ganancias de alta calidad también tienen más probabilidades de tener precios de acciones altos.
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