La contabilidad de acumulación (o devengo) es el registro de ingresos cuando se devengan y de gastos cuando se incurren. Por lo tanto, los eventos económicos se registran, independientemente de las fechas en las que ocurren los flujos de efectivo asociados. El impacto principal de la contabilidad de acumulación (o devengo) es en el estado de resultados, ya que la ganancia o pérdida neta informada de una empresa puede modificarse sustancialmente mediante el registro de transacciones en base a devengo.
La contabilidad de base devengado se ajusta a los principios de contabilidad generalmente aceptados (GAAP) y los marcos de las normas internacionales de información financiera (IFRS). La contabilidad en valores devengados es un requisito de estos dos marcos contables principales, porque da como resultado la representación más precisa de los resultados financieros y la situación financiera de una empresa.
Las pequeñas empresas pueden utilizar la base contable de efectivo menos compleja. La base de efectivo no se considera tan precisa como la contabilidad de acumulación (o devengo), ya que el reconocimiento de transacciones bajo la base de efectivo puede acelerarse o retrasarse de acuerdo con el momento en que se recibe o paga el efectivo.
Se requiere contabilidad de acumulación (o devengo) si los propietarios de una empresa quieren que se auditen sus estados financieros. Los auditores no emitirán una opinión si los libros no se compilan utilizando la base contable de acumulación (o devengo).
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