El punto de corte es la tasa mínima de rendimiento a la que se aceptará una propuesta de inversión de capital. El punto de corte aumenta cuando el nivel de riesgo percibido de una inversión es alto y disminuye cuando el nivel de riesgo es bajo. En ningún caso se debe realizar una inversión que genere un retorno menor que el costo de capital corporativo, ya que hacerlo redundará en un retorno negativo para el negocio.
El mismo concepto se puede aplicar a un inversor, donde el punto de corte es el precio al que el inversor decide si se debe comprar un valor. Se utiliza como una pauta general, para que el inversor tome decisiones de inversión más consistentes.
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