Según el método de valoración de la depreciación, la depreciación se calcula como la disminución en el valor de tasación de un activo desde el principio hasta el final de un período de informe. Si no hay una disminución en el valor de tasación durante el período, entonces no se carga ninguna depreciación a gastos. Este método no se considera aceptable según los principios contables generalmente aceptados. Un problema clave con este método es que el valor de tasación es una derivación de juicio, por lo que una persona podría evitar cobrar depreciación inflando falsamente el valor tasado final de un activo.
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